NOMOFOBIA: EL MIEDO A ESTAR SIN EL TELÉFONO MÓVIL, LA MANIFESTACIÓN DE UNA NUEVA DEPENDENCIA
El teléfono móvil se ha convertido en un objeto inseparable para muchos chicos y chicas que se sienten aterrados ante la perspectiva de permanecer sin él. Observamos cómo estos dispositivos tan útiles se introducen en la vida de los adolescentes y, en muchos casos, alteran su comportamiento. La relación con los teléfonos móviles inteligentes es muy reciente, no obstante están apareciendo síntomas y conductas que podemos considerar patológicos y que derivan de una relación desequilibrada y dependiente con estos dispositivos. Cada vez más adolescentes y jóvenes padecen un "pánico irracional a quedarse sin el teléfono móvil", este miedo es lo que se denomina nomofobia. Este nuevo término se ha construido con las siglas de la expresión inglesa "No Mobile Phobia" o miedo a estar sin móvil.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Según datos tomados de la página web de Consumer-Eroski, en España el 77% de la población de 18 a 24 años y el 68% de la población de 25 a 34 años padece nomofobia. Y se constata que la población más expuesta a esta dependencia son los adolescentes entre los 12 y 17 años.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Según datos tomados de la página web de Consumer-Eroski, en España el 77% de la población de 18 a 24 años y el 68% de la población de 25 a 34 años padece nomofobia. Y se constata que la población más expuesta a esta dependencia son los adolescentes entre los 12 y 17 años.
Esta nueva dependencia, surgida de un uso excesivo de estas tecnologías, requiere que los padres y madres pongan "sentido común" en las normas y en los límites que imponen a sus hijos e hijas respecto a estos dispositivos. Al mismo tiempo necesitan que los adultos eduquen también con el ejemplo, enseñando con su práctica un uso equilibrado y adecuado del teléfono móvil. Es algo obvio, y así lo aconsejan los expertos, explicar a los hijos e hijas el valor que tienen estos aparatos y poner condiciones para permitir su uso. No debería ser un regalo incondicional, sin limitaciones, para chicos y chicas adolescentes menores de edad. Hay que imponer unas condiciones de uso y de supervisión previamente aceptadas por todas las partes. Entre estas condiciones, tendríamos que tener presente y regular los momentos en los que el adolecente ha de apagar o alejarse del móvil: en el instituto (excepto si se plantea un uso educativo del mismo desde el profesorado), en las comidas, durante el tiempo de estudio en casa (excepto de forma puntual y como ayuda al estudio) y a la hora de irse a dormir.
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono movil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
Ejercicio
NOMOFOBIA: EL
MIEDO A ESTAR SIN EL TELÉFONO MÓVIL,
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono móvil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono movil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
Ejercicio
NOMOFOBIA: EL
MIEDO A ESTAR SIN EL TELÉFONO MÓVIL, LA MANIFESTACIÓN DE
UNA NUEVA DEPENDENCIA
El
teléfono móvil se ha convertido en un objeto inseparable para muchos chicos y
chicas que se sienten aterrados ante la perspectiva de permanecer
sin él. Observamos cómo estos dispositivos tan útiles se introducen en la
vida de los adolescentes y, en muchos casos, alteran su comportamiento. La
relación con los teléfonos móviles inteligentes es muy reciente, no obstante están
apareciendo síntomas y conductas que podemos considerar patológicos y que
derivan de una relación desequilibrada y dependiente con estos dispositivos.
Cada vez más adolescentes y jóvenes padecen un "pánico
irracional a quedarse sin el teléfono móvil", este miedo es lo que
se denomina nomofobia. Este nuevo término se ha construido con las
siglas de la expresión inglesa "No Mobile Phobia" o miedo a estar sin
móvil.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Esta
nueva dependencia, surgida de un uso excesivo de estas tecnologías, requiere
que los padres y madres pongan "sentido común" en las normas y en los
límites que imponen a sus hijos e hijas respecto a estos dispositivos. Al mismo
tiempo necesitan que los adultos eduquen también con el ejemplo, enseñando con
su práctica un uso equilibrado y adecuado del teléfono móvil. Es algo obvio, y
así lo aconsejan los expertos, explicar a los hijos e hijas el valor que tienen
estos aparatos y poner condiciones para permitir su uso. No debería ser un
regalo incondicional, sin limitaciones, para chicos y chicas adolescentes
menores de edad. Hay que imponer unas condiciones de uso y de supervisión
previamente aceptadas por todas las partes. Entre estas condiciones, tendríamos
que tener presente y regular los momentos en los que el adolescente ha de
apagar o alejarse del móvil: en el instituto (excepto si se plantea un uso
educativo del mismo desde el profesorado), en las comidas, durante el tiempo de
estudio en casa (excepto de forma puntual y como ayuda al estudio) y a la hora
de irse a dormir.
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono móvil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
Significado de
síntomas
y conductas que podemos considerar patológicos
pánico irracional
conductas
extravagantes
Resumen
Opinión
sobre
“Nomofobia”
“Aulas
sin móviles”
Relato
Nunca había podido yo imaginar el cambio que iba
sufrir una familia amiga mía cuando los Reyes Magos del pasado año tuvieron la
“feliz idea” de traer a cada hijo de esa familia un smartphone fabricado en
China, aunque su origen sea irrelevante para el relato.
Continúalo…………………………….
NOMOFOBIA: EL
MIEDO A ESTAR SIN EL TELÉFONO MÓVIL,
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono móvil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
NOMOFOBIA: EL
MIEDO A ESTAR SIN EL TELÉFONO MÓVIL, LA
MANIFESTACIÓN DE UNA
NUEVA DEPENDENCIA
El teléfono móvil se ha convertido en
un objeto inseparable para muchos chicos y chicas que se sienten aterrados
ante la perspectiva de permanecer sin él. Observamos cómo estos
dispositivos tan útiles se introducen en la vida de los adolescentes y, en
muchos casos, alteran su comportamiento. La relación con los teléfonos móviles
inteligentes es muy reciente, no obstante están apareciendo síntomas y
conductas que podemos considerar patológicos y que derivan de una relación
desequilibrada y dependiente con estos dispositivos. Cada vez más adolescentes
y jóvenes padecen un "pánico irracional a quedarse sin el teléfono
móvil", este miedo es lo que se denomina nomofobia.
Este nuevo término se ha construido con las siglas de la expresión inglesa
"No Mobile Phobia" o miedo a estar sin móvil.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Este miedo a estar sin el móvil se manifiesta en conductas extravagantes y repetitivas, como por ejemplo: sienten una gran inquietud si se les olvida o no lo pueden utilizar durante unas horas; lo consultan continuamente, de forma compulsiva, como si esperasen una noticia importante o urgente; no se pueden separar del teléfono e incluso duermen con él cerca; se enfadan si los interrumpes mientras lo están usando; y hasta se ponen agresivos si se lo intentas quitar o retirar. Estos adolescentes dependientes llegan a sentir ansiedad, intranquilidad, nerviosismo, angustia, falta de concentración e incluso agresividad si no permanecen cerca de su teléfono móvil.
Esta nueva dependencia, surgida de un
uso excesivo de estas tecnologías, requiere que los padres y madres pongan
"sentido común" en las normas y en los límites que imponen a sus
hijos e hijas respecto a estos dispositivos. Al mismo tiempo necesitan que los
adultos eduquen también con el ejemplo, enseñando con su práctica un uso
equilibrado y adecuado del teléfono móvil. Es algo obvio, y así lo aconsejan
los expertos, explicar a los hijos e hijas el valor que tienen estos aparatos y
poner condiciones para permitir su uso. No debería ser un regalo incondicional,
sin limitaciones, para chicos y chicas adolescentes menores de edad. Hay que
imponer unas condiciones de uso y de supervisión previamente aceptadas por
todas las partes. Entre estas condiciones, tendríamos que tener presente y
regular los momentos en los que el adolescente ha de apagar o alejarse del
móvil: en el instituto (excepto si se plantea un uso educativo del mismo desde
el profesorado), en las comidas, durante el tiempo de estudio en casa (excepto
de forma puntual y como ayuda al estudio) y a la hora de irse a dormir.
En los institutos el profesorado tenemos que realizar actividades para sensibilizar a los adolescentes y jóvenes sobre los riesgos que comporta un mal uso o abuso del teléfono móvil. Hemos de apoyar desde el centro educativo las medidas que los padres y madres adopten en casa.
Significado de
síntomas y conductas que podemos
considerar patológicos
pánico irracional
conductas extravagantes
Resumen
Opinión sobre
“Nomofobia”
“Aulas sin móviles”
Relato
“Nunca había podido yo imaginar el cambio que iba sufrir una
familia amiga mía cuando los Reyes Magos del pasado año tuvieron la “feliz
idea” de traer a cada hijo de esa familia un smartphone fabricado en China,
aunque su origen sea irrelevante para el relato….
Continúalo…………………………….
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