Uncaligramaes unpoema visualen el que el poeta crea un dibujo con
las palabras. Apollinaire puso de moda los caligramas a comienzos del siglo XX,
aunque ya los poetas griegos de época alejandrina se habían dedicado a este
juego. En España lo practicaron las vanguardias poéticas de comienzo de siglo XX (Vicente Huidobro, Juan Larrea) y también la Generación del 27 (Gerardo diego) Actualmente sigue ejercitándose, como prueba el gran numero de páginas de internet que se dedican a este juego
Resumen y comentario Los niños
del móvilManuel Rivas
El titular de la noticia
local dice:Un menor
agrede a sus padres por no comprarle de regalo un móvil. Los detalles
son deprimentes. El muchacho, de 16 años, en su furia, ha destrozado
cuadros, muebles y enseres de la casa. La policía lo lleva detenido
. La familia, lo sabemos, es
un lugar de afecto, pero también un campo de batalla. En ocasiones, el peor, el
más doloroso. Caen las vigas del cielo cuando se levanta la mano contra la
propia madre. Eso inquieta siempre, pero también, en este caso, es perturbador
el porqué la mirada ha elegido enfocar esa noticia entre muchas otras: el móvil
es un móvil. Podría haber sido otra cosa, pero sabemos que ese móvil del móvil
tiene algo especial. Es un aparato y, a la vez, un instrumento mágico. Nos
arroja de bruces en la incertidumbre: estamosempantalladoshasta las cejas y no sabemos cuánto de
progreso y cuánto de pesadilla nos espera. Cuánto hay de carrera y de escapada
en esta fascinación colectiva. Con elsmartphonetenemos en la mano, por fin, la
sensación de poseer la vara mágica de los cuentos.
Sin llegar a un extremo violento, ¿cuántas broncas no habrá
habido, no hay cada día, por la posesión infantil de ese rey indiscutible? Sí,
es inquietante, pero no tan sorprendente, pensar ahora en la imagen del
adolescente enrabietado, fuera de sí, por pertenecer, en nuestro “primer
mundo”, a ese grupo marginal de los desposeídos del poder mágico. En el nuevo
medio ambiente virtual, no tener un móvil, no estar metido en la pantalla, no
estar en la carrera en las aplicaciones, eso sí que es pobreza. En la sociedadempantallada, con televisión,
móvil, tableta, ordenador, ¿quién quiere ser pobre virtual?
El infantil ya no es un mercado potencial, es el gran caladero. En
ese “primer mundo”, según Ofcom, casi un 90% de menores de 15 años tiene acceso
a un móvil. En España, cerca del 30% de niñas y niños de 10 años. En poco
tiempo, serán una excepción los adolescentesdesmovilizados.
Tal vez surja en el futuro algún movimiento de rechazo, de objetores del móvil.
Conozco algunos jóvenes que ya lo son, esa ironía de Rebeldes sin Móvil. Pero
la expansión es fulgurante, sin apenas límite. No tardarán en ser usuarios
todos los niñosincunables.
Dicho en el sentido de la greguería de Ramón Gómez de la Serna sobre los libros
incunables: los que no se pueden leer en la cuna.
La
familia, lo sabemos, es un lugar de afecto, pero también un campo de batalla.
En ocasiones, el peor, el más doloroso
El caso
del chaval enfurecido es noticia no solo por su actitud. Detrás del suceso está
la historia real de la brecha virtual. La madre, entre sollozos, explicó que
quería pero no podía comprarle el móvil por carecer de recursos. La gran brecha
divide al planeta: la pobreza real y la virtual tienden a fundirse. Hubo un
tiempo, en la época deflâneur(el maravilloso oficio de andar curioseando)
de Charles Baudelaire, en que se puso de moda en París pasear con una tortuga
de mascota. Ahora el móvil ha engullido a la mascota y al paseante. Es él el
que marca el ritmo. El poder se mide por la velocidad de actualización y
acumulación de aplicaciones.
La principal explicación que dan la mayoría de los padres para
comprar o facilitar elsmartphonea niños de 10 años o menos es la de
incrementar su seguridad. No es una razón nimia. A lo largo de la historia,
gran parte de los avances tecnológicos derivan de ese afán. Fíjense en la
cerrajería, esa vanguardia en constante innovación. Pero también sabemos que
hay seguridades muy inseguras. Aumentan los pequeños que sufrennomofobia: la angustia de
estar sin móvil y no saber qué hacer. Creo que argumentan mejor los padres que
facilitan esa tecnología a los menores con la intención de aprender de ellos.
Es tener un máster en casa. Niñas y niños tienen en las manos una vara mágica,
conectada a sus neuronas y a las yemas de los dedos. La mayoría de los adultos
lo que tenemos es un cacharro con el que pelearnos con más o menos torpeza.
El problema es el fetichismo, compartido por muchos mayores y
menores. Esa falacia de asociarempantallamientocon conocimiento. Hay comunidades
donde se ha recortado en recursos educativos y que luego alardean de
iniciativas “innovadoras” consistentes en repartir gratis tabletas al alumnado.
La escuela debería ser declarada espacio libre deempantallamiento. El lugar
donde se aprende a leer en sonda de profundidad y no en fragmentos
superficiales.
En Tailandia, frente al último golpe de Estado militar, muchos
jóvenes se manifestaron en protesta. Utilizaron los móviles para reunirse. Pero
lo que de verdad desconcertó a los nuevos dictadores fue que enarbolaran
libros, ejemplares de la novela 1984, de George Orwell. Eso sí que es un
“terminal inteligente”.