Me gusta que exista el Festival Internacional de Cine, y lo considero imprescindible, porque nos acerca a realidades que no tenemos habitualmente al alcance. Gracias a su carácter independiente, nos permite conocer filmografías novedosas e interesantes que vienen de muy diferentes países, y que rara vez llegan a nosotros y nosotras a través de los circuitos comerciales. Otro tanto sucede con el cine hecho en Asturias, que tiene en el festival un escaparate vital para su difusión. Desde la sala de proyección se favorece el diálogo y la reflexión. Gracias a algo tan placentero como el cine nos divertimos, pero también nos educamos, debatimos y ayudamos a construir una sociedad intelectualmente sana, lejos de la barbarie de la insensibilidad y la cerrazón. Nos ofrece cultura, luego nos hace más libres.
Vanessa Gutiérrez
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