martes, 12 de diciembre de 2023

Navidad Literaria


Microrrelatos de navidad




l final de la infancia

Ginés Cutillas (España)

En el colegio lo tenían claro: los regalos de Navidad eran cosa de los padres. Pablito decía que no, que en su casa era Papá Noel quien traía los regalos en Nochebuena. Estaba tan seguro que los apostó todos con los amigos.

Aquella noche, agazapado tras el árbol, esperó con la pistola de su padre entre las manos a que apareciera un año más el hombre de rojo. Sonreía mientras imaginaba la cara de sus compañeros al día siguiente delante de los calcetines vacíos.






NAVIDAD LITERARIA


Estampa de Navidad 


La noche. Cuánta luz.
                                   Y todos vamos,
cargados de juguetes o de joyas,
cruzando una ciudad multicolor y helada
cubierta con racimos de bombillas
azules, verdes, rojas,
                                   que dibujan
la serpiente eléctrica de las lentejuelas de oro frío
en la tirantez aterida del aire.

En los escaparates brilla
la sombra luminosa de otros escaparates
y la desordenada sombra de un mendigo,
y los niños mantienen los ojos muy abiertos.

(El tren y las espadas. Las estrellas.
La nave intergaláctica y la luna.
La muñeca habladora
                                   y esa nieve
que cae sin cesar
sobre la tumba inmortal de nuestra infancia.)

Cuánta luz,
                       desgranada como un confeti
sobre estas alegres calles
por las que todos vamos como brujos felices,
cargados de mortalidad y de regalos.


F.B.R.
(Del libro Escaparate de venenos, Tusquets Editores, 2000)




Y todos vamos
Cargados de




En los escaparates brilla





El tren








sobre estas alegres calles

por las que todos vamos como

cargados de

 






Cuento de Navidad     Ray Bradbury

El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque excedía el peso máximo por pocas onzas, al igual que el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

-¿Qué haremos?

-Nada, ¿qué podemos hacer?

-¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso.

-Ya se me ocurrirá algo -dijo el padre.

-¿Qué…? -preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

-Quiero mirar por el ojo de buey.

-Todavía no -dijo el padre-. Más tarde.

-Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.

-Espera un poco -dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

-Hijo mío -dijo-, dentro de medía hora será Navidad.

-Oh -dijo la madre, consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.

-Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

-Sí, sí. todo eso y mucho más -dijo el padre.

-Pero… -empezó a decir la madre.

-Sí -dijo el padre-. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.

-Ya es casi la hora.

-¿Me prestas tu reloj? -preguntó el niño.

El padre le prestó su reloj. El niño lo sostuvo entre los dedos mientras el resto de la hora se extinguía en el fuego, el silencio y el imperceptible movimiento del cohete.

-¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

-Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.

-No entiendo.

-Ya lo entenderás -dijo el padre-. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

-Entra, hijo.

-Está oscuro.

-No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

.........


-----------------------------------

Inventa un final

.......



Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

-Feliz Navidad, hijo -dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.

FIN




MÁS CUENTOS DE RAY BRADBURY
MÁS CUENTOS DE RAY BRADBURY
NOCHEBUENA
Eduardo Galeano
Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar. Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba detrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedía permiso.
Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
–Decile a… –susurró el niño–. Decile a alguien, que yo estoy aquí.
[De El libro de los abrazos]

lunes, 11 de diciembre de 2023

Reportaje La generación de los hiperconectados.

 




Cuestiones:


¿Por qué es un reportaje?
Título y significado
¿Qué significa  "armas de doble filo"?
¿A quienes entrevistan?
¿Qué opinas de los influencers?
¿Te sientes identificado en algo?
¿Ves algún peligro?
Aspectos que te gustaron de este reportaje.


martes, 28 de noviembre de 2023

La entrevista


Resultado de imagen de la entrevista

La entrevista



Para hacer una buena entrevista, primero tenemos que conocer cómo se organiza, de qué partes consta:




A.- Partes





La estructura de la entrevista depende bastante del tipo a que pertenezca ésta y de los medios elegidos para su realización; pero, en general, se divide en:




1. Presentación. El entrevistador presenta a la persona objeto de la entrevista, y expone algunos datos relevantes y las razones que motivan su realización.



2. Núcleo de la entrevista. Se inicia con preguntas de carácter general, para entrar enseguida en el tema o contenido principal, y se finaliza con una conclusión.

Cuando ponemos una entrevista por escrito, tenemos que guardar una serie de normas de ortografía. Cada vez que interviene un personaje, hay que escribir delante de sus palabras un guión (-). Ejemplo:

        -¿Qué piensas del juego del equipo?

        -Creo que estamos mejorando mucho últimamente, aunque no nos acompañen los resultados.

También se puede escribir las palabras “pregunta” o “respuesta” (o bien sus iniciales P o R) delante de las mismas en negrita. Ejemplo:
        Pregunta: ¿Cómo te enteraste de lo sucedido?
        Respuesta: escuchando la radio en el coche mientras conducía de vuelta a mi casa.
3. Despedida y agradecimientos. Se dan las gracias a la persona entrevistada por haber concedido la entrevista.

B.- Formato 
En el caso de las entrevistas escritas, como las que aparecen en las revistas o periódicos, hay que usar un buen formato para que también visualmente la entrevista tenga valor. Por eso, debemos incluir, ademas, los siguientes elementos:


  • Titular: hay que incluir un titular atractivo e impactante que podemos obtener, por ejemplo de las declaraciones del propio personaje en la entrevista.
  • Un imagen: es necesario una imagen del personaje entrevistado para darle más valor.
  • Destacados: a lo largo de la entrevista, se pueden incluir los llamados "destacados", que son respuestas interesantes, destacadas a lo largo del texto de la entrevista con un tamaño de letra mayor y entrecomillados. (En el enlace de las entrevistas a los personajes de Pupila de águila tenéis algún ejemplo).

C.- Ejemplos de entrevista: para conocer de primera mano, leer y escuchar algunas entrevistas, aquí tenéis algunos ejemplos

Maluma Premios Juventud.jpg
Entrevista a Maluma


Stephen Hawking parte de entrevista Larry King Live






La entrevista

 Entrevistas imaginarias






Entrevista a..

Lo primero: perfil del entrevistado



Titular
Breve presentación
Preguntas respuestas
Despedida



martes, 14 de noviembre de 2023

Acompañantes ficx61

 FICX 61  Festival de cine


1º ESO  

Tony, Shelly y la linterna mágica


Laboral  Jueves 23   10: 30- 14h

Acompañantes

Julia Leonardo Coleto

Jenifer Zabala García

Jorge Macía Arenas

José Ignacio Matías Fernández

Raymon Fernández Fuentes

Noelia García






Bach II 

VAMPIRE HUMANISTE CHERCHE SUICIDAIRE CONSENTANT

La Laboral  Viernes 24    8,30-13h

 Acompañantes

Castillo Perianes Cárdenas

Daniel González Castro

Jorge Macía Arenas

Raymon Fernández Fuentes


Cuento leyenda mito









Subgéneros narrativos en prosa :Mitos. Leyendas. Cuentos. Novelas

• Casi todas las obras narrativas se componen   actualmente en prosa.

Los mitos son relatos surgidos en las culturas antiguas con el fin de dar una explicación a cuestiones naturales, religiosas o existenciales.
Suelen ser relativos a los dioses
El conjunto de mitos característicos de una cultura se denomina mitología.

Las leyendas son relatos tradicionales en los que se recogen acciones o sucesos extraordinarios de carácter fantástico que se presentan como si realmente hubieran ocurrido. En ocasiones pueden tener una base histórica, pero muy distorsionada por el relato

El cuento es una narración breve de hechos ficticios que, a diferencia de lo que ocurre con el mito y la leyenda, no se toman como reales. Se  pueden distinguir cuentos tradicionales y cuentos de autor.

La novela es una narración literaria extensa escrita en prosa. Se caracteriza por su carácter abierto y su capacidad para integrar elementos
diversos en un relato complejo


El mito de Orfeo y Eurídice

La leyenda de Sacamantecas





El cuento tradicional: Hansel Y Gretel



Mitos

El auténtico sacamantecas

leyendas urbanas


El relato: el cuento moderno
¿Qué me quieres  amor?  De Manuel Rivas
Sueño con la primera cereza del verano. Se la doy y ella se la lleva a la boca, me mira con ojos cálidos, de pecado, mientras hace suya la carne. De repente, me besa y me la devuelve con la boca. Y yo que voy tocado para siempre, el hueso de la cereza todo el día rodando en el teclado de los dientes como una nota musical silvestre. Por la noche: «Tengo algo para ti, amor». Dejo en su boca el hueso de la primera cereza. Pero en realidad ella no me quiere ver ni hablar. Besa y consuela a mi madre, y luego se va hacia fuera. Miradla, ¡me gusta tanto cómo se mueve! Parece que siempre lleva los patines en los pies. El sueño de ayer, el que hacía sonreír cuando la sirena de la ambulancia se abría camino hacia ninguna parte, era que ella patinaba entre plantas y porcelanas, en un salón acristalado, y venía a parar a mis brazos. Por la mañana, a primera hora, había ido a verla al Híper. Su trabajo era surtir de cambio a las cajeras y llevar recados por las secciones. Para encontrarla, sólo tenía que esperar junto a la Caja Central. Y allí llegó ella, patinando con gracia por el pasillo encerado. Dio media vuelta para frenar, y la larga melena morena ondeó al compás de la falda plisada roja del uniforme. «¿Qué haces por aquí tan temprano, Tino?» «Nada.» Me hice el despistado. «Vengo por comida para la Perla.» Ella siempre le hacía carantoñas a la perra. Excuso decir que yo lo tenía todo muy estudiado. El paseo nocturno de Perla estaba rigurosamente sometido al horario de llegada de Lola. Eran los minutos más preciosos del día, allí, en el portal del bloque Tulipanes, barrio de las Flores, los dos haciéndole carantoñas a Perla. A veces, fallaba, no aparecía a las 9.30 y yo prolongaba y prolongaba el paseo de la perra hasta que Lola surgiese en la noche, taconeando, corazón taconeando. En esas ocasiones me ponía muy nervioso y ella me parecía una señora, ¿de dónde vendría?, y yo un mocoso. Me cabreaba mucho conmigo mismo. En el espejo del ascensor veía el retrato de un tipo sin futuro, sin trabajo, sin coche, apalancado en el sofá tragando toda la mierda embutida de la tele, rebañando monedas por los cajones para comprar tabaco. En ese momento tenía la sensación de que era la Perla la que sostenía la correa para sacarme a pasear. Y si mamá preguntaba que por qué había tardado tanto con la perra, le decía cuatro burradas bien dichas. Para que aprendiese. Así que había ido al Híper para verla y coger fuerzas. «La comida para perros está al lado de los pa- ñales para bebés.» Se marchó sobre los patines, meciendo rítmicamente la melena y la falda. Pensé en el vuelo de esas aves emigrantes, garza o grulla, que se ven en los documentales de después de comer. Algún día, seguro, volvería para posarse en mí. Todo estaba controlado. Dombo me esperaba en el aparcamiento del Híper con el buga afanado esa  noche. Me enseñó el arma. La pesé en la mano. Era una pistola de aire comprimido, pero la pinta era impresionante. Metía respeto. Iba a parecer Robocop o algo así. Al principio habíamos dudado entre la pipa de imitación o recortar la escopeta de caza que había sido de su padre. «La recortada acojona más», había dicho Dombo. Yo había reflexionado mucho sobre el asunto. «Mira, Dombo, tiene que ser todo muy tranquilo, muy limpio. Con la escopeta vamos a parecer unos colgados, yonquis o algo así. Y la gente se pone muy nerviosa, y cuando la gente está nerviosa hace cosas raras. Todo el mundo prefiere profesionales. El lema es que cada uno haga su trabajo. Sin montar cristo, sin chapuzas. Como profesionales. Así que nada de recortada. La pistola da mejor presencia.» A Dombo tampoco le convencía mucho lo de ir a cara descubierta. Se lo expliqué. «Tienen que tomarnos en serio, Dombo. Los profesionales no hacen el ridículo con medias en la cabeza.» Era enternecedora la confianza que el grandullón de Dombo tuvo siempre en mí. Cuando yo hablaba, le brillaban los ojos. Si yo hubiese tenido en mí la confianza que Dombo me tenía, el mundo se habría puesto a mis pies. Dejamos el coche en el mercado de Agra de Orzán y cogimos las bolsas de deportes. Al mediodía, y tal como habíamos calculado, la calle Barcelona, peatonal y comercial, estaba atestada de gente. Todo iba a ser muy sencillo. La puerta de la sucursal bancaria se abrió para una vieja e inmediatamente detrás entramos nosotros.

Lo tenía todo muy ensayado. «Por favor, señores, no se alarmen. Esto es un atraco.» Hice un gesto tranquilo con la pistola y toda la clientela se agrupó, en orden y silencio, en la esquina indicada. Un tipo voluntarioso insistía en darme su cartera, pero le dije que la guardase, que nosotros no éramos unos cacos. «Usted, por favor, llene las bolsas», le pedí a un empleado con aspecto eficiente. Lo hizo en un santiamén y Dombo, contagiado por el clima civilizado en que todo transcurría, le dio las gracias. «Ahora, para que no haya problemas, hagan el favor de no moverse en diez minutos. Han sido todos muy amables.» Así que salimos como si aquello fuese una lavandería. «¡Alto o disparo!» Ante todo, mucha calma. Sigo andando como si no fuese conmigo. Uno, dos, tres pasos más y salir disparado. Demasiada gente. Dombodán no lo piensa. Se abre paso como un jugador de rugby. Y yo que estoy en otra película. «¡Alto, cabrón, o disparo!» Saco la pistola de la bolsa abierta y me vuelvo con parsimonia, apuntando con la derecha. «¿Qué pasa? ¿Algún problema?» El tipo que antes me había ofrecido la cartera. Plantado, con las piernas separadas y el revólver apuntándome firme, cogido con las dos manos. He aquí un profesional. Guarda jurado de paisano, seguro. «No hagas el tonto, chaval. Suelta ese juguete.» Yo que sonrío, que digo nanay. Y le tiro la bolsa a los morros, toda la pasta por el aire, cayendo a cámara lenta. «¡Come mierda, cabrón!» Y echo a correr, la gente que se aparta espantada, qué desgracia, la gente que se aparta y deja un corredor maldito en la calle, un agujero que se abre, un túnel por delante, un agujero en la espalda. Quema. Como una picadura de avispa.  La sirena de la ambulancia. Sonrío. El enfermero que me mira perplejo porque estoy sonriendo. Lola patina entre rosanovas y azaleas, en un salón acristalado. Viene hacia mí. Me abraza. Es nuestra casa. Y me quiere dar esa sorpresa, sobre patines, meciendo la falda roja plisada al mismo tiempo que la melena, el beso de la cereza. Por la noche, a través del cristal de la puerta, puedo leer el rótulo luminoso de Pompas Fúnebres: «Se ruega hablen en tono moderado para beneficio de todos»*. Dombo, el gigantón leal de Dombo, estuvo aquí. «Lo siento en el acompañamiento»*, le dijo compungido a mi madre. No me digan que no es gracioso. Parece de Cantinflas. Para llorar de risa. Y me miró con lágrimas en los ojos. «Dombo, tonto, vete, vete de aquí, compra con la pasta una casa con salón acristalado y un televisor Trinitrón de la hostia de pulgadas.» Y Dombo venga a llorar, con las manos en los bolsillos. Va a empaparlo todo. Lágrimas como uvas. Y está Fa, la señora Josefa, la del piso de enfrente. Ella sí que supo siempre de qué iba la cosa. Su mirada era una eterna reprimenda. Pero le estoy agradecido. Nunca dijo nada. Ni para bien, ni para mal. Yo saludaba, «Buenos días, Fa», y ella refunfuñaba en bajo. Sabe todo lo que se cuece en el mundo. Pero no decía nada. Le ayudaba a mamá, eso era todo. Fumaba con ella un chéster por la noche, y bebían un lágrima de Porto, mientras yo manejaba el mando a distancia. Y ahora está así, sosteniendo a mamá. De vez  en cuando, se vuelve hacia mí pero ya no me riñe con la mirada. Se persigna y reza. Una profesional. Ya falta poco. En el rótulo luminoso puedo ver el horario de entierros. A las 12.30 en Feáns. Lola se despide de mamá y va hacia la puerta de la sala del velatorio. Esa forma de andar. Parece que vuela incluso con zapatos. Garza o algo así. Pero ¿qué hace? De repente se vuelve, patina hacia aquí con la falda plisada y queda posada en el cristal. Me mira con asombro, como si reparase en mí por vez primera. «¿Impresionada, eh?» «Pero, Tino, ¿cómo fuiste capaz?» Tiene ojos cálidos, de pecado, y la boca entreabierta. Sueño con la primera cereza del verano.

lunes, 13 de noviembre de 2023

Elogio de la animación

 Películas animadas que tienes que ver antes de los 15


1. El viaje de Chihiro (千と千尋の神隠し Sen to Chihiro no Kamikakushi?lit. La misteriosa desaparición de Sen y Chihiro)3​ es una película de animación japonesa estrenada el 20 de julio de 2001. Fue dirigida por Hayao Miyazaki y producida en el Studio Ghibli,

El filme cuenta la historia de una niña de diez años llamada Chihiro, quien durante una mudanza se ve atrapada en un mundo mágico y sobrenatural, teniendo como misión buscar su libertad y la de sus padres, y así poder regresar a su mundo.



2. Mi vecino Totoro (となりのトトロ Tonari no Totoro?) es una película de animación japonesa de 1988 escrita y dirigida por Hayao Miyazaki y producida por Studio Ghibli. El filme —protagonizado por los actores Noriko HidakaChika Sakamoto y Hitoshi Takagi— cuenta la historia de una familia y sus interacciones con un espíritu del bosque al que llaman «Totoro», en un Japón de la posguerra.





3Los mundos de Coraline

Basada en Coraline, la exitosa novela del escritor británico Neil Gaiman, Los mundos de Coraline gira en torno a una niña llamada Coraline Jones (a la que dobla Dakota Fanning) que, con tan solo 11 años de edad, sueña con vivir miles de experiencias.

La pequeña acaba de mudarse junto a sus padres a Oregón. Según pasan los días, no puede evitar echar en falta a todos los amigos que ha dejado en Michigan. Además, desde que llegaron al nuevo vecindario, Caroline siente que su familia está cada vez más ocupada y le prestan menos atención. Tan solo Wybie Lovat, su joven vecino, parece mostrarse interesado en ella.

Coraline acaba descubriendo en su casa una puerta secreta que, al ser cruzada, transporta a las personas a un mundo paralelo semejante a sus vidas pero mucho más divertido. Allí la gente es más simpática y más cariñosa y la niña se siente muy a gusto. Sin embargo, cuando descubre que la nueva versión de su madre planea quedarse con ella para siempre, Coraline no tendrá más remedio que trazar un plan para salvarse y volver con los suyos.




4.El niño y el mundo (en portugués: O Menino e o Mundo
es una película animada brasileña de 2013 escrita y dirigida por Alê Abreu. Ha sido nominada en la 88.ª entrega de los Óscar en la categoría de Mejor película de animación. La película ya se ha vendido a más de 80 países1

El niño y el mundo es uno de los cinco nominados para el Oscar a la mejor película de animación en la edición de Oscar 2016.2


El personaje principal es un niño que un día sale del pueblo en la que vive, en busca de su padre. En su viaje de autodescubrimiento, encuentra seres extraños como máquina de animales y descubre el problema de la desigualdad social, tanto en el campo como en la industria, con el desempleo presentado por la automatización.




Loving Vincent (estrenada como Cartas de Van Gogh en Latinoamérica
es una película biográfica animada experimental de 2017 sobre la vida del pintor neerlandés Vincent van Gogh, enfocada particularmente en las circunstancias de su muerte en 1890. Es la primera película animada completamente usando pinturas.7

Es una producción esencialmente polaca, con aportes del Reino Unido. Fue escrita y dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman. Su desarrollo fue financiado por el Instituto Polaco de Películas (Polski Instytut Sztuki Filmowej), y parcialmente mediante una campaña de Kickstarter.8

Cada uno de los 65 000 fotogramas es una pintura al óleo realizada a mano usando el mismo estilo de Van Gogh, creadas por 115 pintores diferentes.9​ La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy de 2017.1​ Recibió el premio a Mejor Película Animada en la 30.ª edición de los Premios del Cine Europeo en Berlín.