martes, 30 de enero de 2018

canción convertida en relato


Revolver – Lo que Ana ve
Letra

Ana tiene un mensaje pintado de azul en el ojo derecho
Ana tiene un mal día grabado en los labios partidos por cierto
Ana tiene un secreto que no sabe nadie aunque no es un secreto
Y un día culquiera es el último día, y un día de estos.

Ana cree que el mundo es enorme pero no lo bastante
A Ana le engañan diciendo si te vas no tardaré en encontrarte
Ana no tiene claroa partir de cuando todo se volvió negro
Pero él dijo un día antes muerta que viva, con otro ni en sueños
O cuando escupía diciendo tu vida será puro miedo

Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana vé una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve

Y dónde puedes ir cuando tú sabes bien que irá por tí
Como vas a gritar si sabes que nadie te escuchará
Todos dirán vaya exageración no será tanto no
Mientras esculpe a golpe de puño su nombre en tus huesos
Mientras te tapa la boca y te aplasta un cigarro en el pecho

Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana vé una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve

Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana vé una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve

Recuerda que dijo antes muerta que viva
Con otro ni en sueños
O cuando escupía a golpe puño
Su nombre en tus huesos

Abrir los brazos y volar dejarlo todo sin hacer
Y largarse pronto con lo puesto

Quién quiere ver lo que Ana vé, una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve

Abrir las alas y volar dejarlo todo sin hacer
y largarse pronto con lo puesto
Quién quiere ver lo que Ana vé una noche otra también
La vida es bella pero quién quiere ver lo que Ana ve


Ana camina sola por la calle. Pasa la mano por la nueva quemadura de cigarrillo que Marcos le ha hecho. Aún le duele, pero en ese momento no lo piensa.
Le falta un mechón de pelo, pero lo disimula con una coleta perfecta, tiene tanta práctica ya.
Aún así la gente no lo notaría, ni eso, ni los moratones por todo su cuerpo, ni que su labio fue partido, otra vez, recientemente. La gente solo ve lo que quiere ver.
Marcos se cuida de ser agradable con todos, a todo el mundo le encanta, es el alma de las fiestas.
“Es tu alma gemela” le dicen a Ana, y ella les cree.
Una caricia, un bofetón, realmente no hay tanta diferencia, tan solo la fuerza que se le imprime. Él no controla su fuerza, se dice.
Además Marcos siempre pide perdón, y solloza, y realmente la quiere, le regala flores. Aunque eso es después de haberla amenazado con que si escapa la matará, ¿pero que importa? Ella es su mujer, ¿adónde va a ir, con otro?
Empieza a llover pero Ana sigue caminando.
 Recuerda como la primera vez que cenaron juntos él le regaló unos bombones que comieron juntos a medianoche en un banco.
Recuerda como el día de su boda él dijo el brindis más bonito que se puede decir, tanto que lloroó de felicidad.
Recuerda como en su luna de miel fueron a Paris y en la torre Eiffel él le cantaba bajito al oído mientras veían la ciudad.
Recuerda las fotos sonrientes de una época en la que era la mujer más feliz del mundo.
Pero entonces todo cambio. La primera bofetada sonó en el aire como un chasquido de un latigo y su mejilla ardió después sin poder ser aliviada por el torrente de lágrimas.
Un año después de la boda estaba en el hospital. (Feliz aniversario cariño).
Dos años más tarde no podía ni contar las quemaduras de cigarrillo.
Tres años más tarde le provocó un aborto al darle una paliza.
Cuatro años más tarde no podía ni recordar que excusas había dado ya a los demás por sus estancias en el hospital.
Cinco años más tarde decidió poner la primera denuncia.
Cinco años y siete meses más tarde camina hacia su casa para recoger sus cosas e irse tras interponer una orden de alejamiento.

 (¿Fin?)

lunes, 29 de enero de 2018

morfosintaxis




Mark Twain 

Huckleberry Finn (fragmento)

Pasaron dos o tres días con sus noches; creo que podría decir que pasaron nadando, que se deslizaron, callados, serenos, hermosos. Así pasábamos el tiempo: allá abajo el río era monstruosamente grande..., en algunos lugares tenía una milla y media de ancho; por la noche navegábamos, y de día parábamos y nos escondíamos; en cuanto empezaba a hacerse de día dejábamos de navegar y amarrábamos la balsa, casi siempre en las aguas muertas, debajo de una barra de arena; luego cortábamos unos álamos jóvenes y unos sauces y tapábamos la balsa con ellos. Después de echar los sedales, nos metíamos en el río sin hacer ruido, y nadábamos un rato para lavarnos y refrescarnos, y nos sentábamos en el fondo arenoso donde el agua nos llegaba más o menos hasta las rodillas y mirábamos la luz del día. No se oía nada, un silencio perfecto, como si el mundo entero durmiese; a veces, sólo el chapaleo de las ranas. Si mirábamos por encima del agua, lejos, lo primero que se veía era algo que parecía una línea oscura: era el bosque, al otro lado; no se distinguía nada más; luego, un pedazo pálido de cielo, y más palidez, extendiéndose; entonces, muy lejos, el río empezaba a suavizarse, y ya no era negro, sino gris; se veían unas manchitas oscuras que flotaban, muy lejos; chalanas y esas cosas, y unas rayas largas y negras, balsas; a veces se oía el crujir de un remo, o voces entreveradas, porque era tan grande el silencio y los sonidos llegaban de muy lejos; y enseguida se veía una raya en el agua, por su aspecto sabíamos que era un tronco sumergido en la corriente rápida que se rompía encima y le daba esa forma; y luego la neblina, rizándose sobre el agua, y el este se ponía rojo, y también el río, y aparecía una cabaña de troncos al borde del bosque, muy lejos, en la otra orilla, seguramente un depósito de maderas, con las pilas hechas por unos chapuzas, tan mal, que se podía soltar un perro y hacerlo pasar por cualquier parte. Y luego, una brisa muy suave que viene desde allí, abanicándote, fresca y pura y con ese olor tan dulce que le dan los bosques y las flores, aunque hay veces que no llega así porque alguien deja peces muertos por ahí, peces aguja o de otra clase, y huelen bastante mal; y luego, ¡el día!, ¡y todo sonríe al sol, y los pájaros cantan y cantan! "


REPASO

Pron  indef.  Verbo   sust       adj         prep   adverbio
Alguien deja peces muertos por ahí
  N            N     CN          N
---Suj  NO-- -----CD-----  --CCL-----


Abajo el río era monstruosamente grande.





Oíamos  sólo   el chapaleo de las ranas.




Amarrábamos la balsa, siempre en las aguas muertas,



debajo de una barra de arena







Aparecía una cabaña de troncos al borde del bosque




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viernes, 26 de enero de 2018

Videojuegos La partida más difícil

Resumen y comentario de texto

Artículo de periódico  “La partida más difícil”

La adicción a los videojuegos se consolida como un problema mental que afecta a nueve de cada 100 usuarios

Después de leer


Resume el texto










Ponle otro título




Tema para el debate  “Los videojuegos enganchan”






martes, 16 de enero de 2018

Muere la voz de The Cramberries


Resultado de imagen de entrevista dolores oriordan

Muere Dolores O'Riordan, la cantante de The Cranberries

La artista ha fallecido a los 46 años de forma repentina, según ha informado su representante