Al frente de proyectos como Algora, Víctor es uno de esos compositores y Djs que ven en la música su única manera de ser feliz.
Víctor Algora es una de esas voces imprescindibles de la música patria, un tipo con un universo interior nacido para crear canciones preciosistas e incluso himnos generacionales. De su padre heredó su primera guitarra, española por cierto, aunque su falta de paciencia le impediría llegar a ser un virtuoso del instrumento. Tampoco le hace falta, Víctor es una especie de Da Vinci underground con criterio propio.
Hoy confiesa estar cansado de escuchar los mismos grupos de nuestro indie de siempre y se queja de que el esnobismo absurdo de los últimos años haya acabado con la naturalidad y con el espíritu transgresor de la escena. En cambio, El Pardo o Linda Guilala no le defraudan. Tampoco Marifé de Triana, él es así.
En su haber cuenta con álbumes que han quedado para el recuerdo, como Planes de Verano (publicado en 2008) y Galimatías (publicado en 2010). Ahora el debate interior de Víctor está en cómo continuar tras el tercer larga duración de Algora. Su proyecto electrónico en solitario está dando frutos
En un mundo en el que ganar es imperativo, reivindicar la derrota es algo revolucionario.
‘Pódium’, el séptimo álbum de Algora, (recién publicado) es una historia de presas frente cazadores, de todos esos fracasos que acaban moldeando la persona que somos.
A través de sus 11 canciones, Algora reconstruye en ‘Pódium’ imágenes de su infancia y adolescencia, vivencias descarnadas y honestas que configuran la personalidad, a veces complicada y melancólica, de personas como las LGTB. Personas que intentan sobrevivir en un mundo agresivo y hostil que les obliga a competir, ya de salida, en desigualdad de condiciones.
Ten cuidado, amor
Que esta noche hay luna llena
Luna de cazador
Que bajo la camisa blanca tiene muerto el corazón
Luna de tirador
No descubras a mi fruto amargo, mi amapola azul
Es una maldición
Déjalo que baile entre las ruinas, déjalo
Y te verán bailando sobre surcos canos, gusano de luz
Que vеn oro en el yodo y una hoz en еl amor
Luna de tirador
No descubras a mi fruto amargo, mi amapola azul
Es una maldición
Déjalo que al menos baile a oscuras, déjalo, déjalo
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