miércoles, 14 de octubre de 2015

El resumen Niños noctámbulos

Niños noctámbulos   


Los niños son siempre una apuesta segura en televisión, sobre todo si tienen el suficiente atractivo como para haber superado un casting con más de 10.000 aspirantes. No es extraño pues que el concurso infantil La Voz Kids, de Telecinco, haya arrasado. El programa se ha mantenido con una media de 5,1 millones de espectadores (29,9% de share) de los que 261.000 eran niños de entre 4 y 12 años.
Ello no sería un problema en un programa que encaja bien con la categoría de “entretenimiento familiar apto para todos los públicos” de no ser porque el concurso se prolongaba hasta la 1.30 de la madrugada. El problema es que 589.000 niños, el 3,6% de toda la audiencia, ven en España la televisión en un horario en el que, por el bien de su salud física y mental, deberían estar durmiendo. Y la mitad de ellos se queda hasta más allá de la medianoche.
El éxito de La Voz Kids no es fruto de la casualidad, sino de una estrategia destinada a fidelizar y rejuvenecer la audiencia de la cadena. Los programadores han observado que los niños son un buen imán de audiencias, porque suelen gustar tanto a los adultos como a los propios niños. No es casualidad que en la también muy exitosa serie Cuéntame se haya incorporado a una deliciosa niña entre los papeles centrales.
Las televisiones suscribieron un acuerdo de autorregulación en 2004 sobre contenidos televisivos e infancia que no siempre se cumple, ni en los contenidos ni en los horarios.
El contenido del concurso no plantea en principio objeciones, pero en la elección del horario parece haber primado más el interés comercial de la cadena que la protección de la infancia. Obviamente, un programa de éxito que empiece a las 22 horas y dure cuatro horas será más rentable que dos programas de dos horas, aunque ello comporte robar sueño infantil. A ello hay que añadir el efecto enganche. Los niños que se quedan hasta tarde para ver el concurso adquieren un mal hábito y fácilmente pueden aficionarse a otros programas de horario nocturno, ni tan tiernos ni tan inocuos.
La responsabilidad de que los niños vayan a la cama a su hora recae sobre las familias (y algunas incluso han dimitido permitiendo que los niños tengan televisión en su cuarto). Pero con esta estrategia las televisiones se lo ponen más difícil y tampoco cumplen su compromiso de atender al interés de los menores.
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      1 Resume el texto 


Hoy en día, las televisiones apuestan por un público infantil. Lo malo es que el horario se extiende hasta la madrugada, creando en los pequeños hábitos poco saludables.
La televisión tiene firmado un acuerdo para proteger a los niños, pero no siempre los cumple. Además, los padres actúan irresponsablemente dejando a sus hijos ver la tele hasta tarde




    


   2¿Qué opinas de esta idea  “La responsabilidad de que los niños vayan a la cama a su hora recae sobre las familias (y algunas incluso han dimitido permitiendo que los niños tengan televisión en su cuarto)”? 






Niños... en horario de adultos  Madrid 6 OCT 2014

Los formatos televisivos se reciclan, giran sobre sí mismos, evolucionan y parecen no agotarse jamás. Su último éxito viene de la mano de los talent show protagonizados por niños. Y aunque quizá no sea nuevo (el añejo Un, dos, tres… de Chicho Ibáñez Serrador ya proponía en su momento algunas entregas con concursantes infantiles) lo cierto es que los espectadores han dado su visto bueno.
Telecinco triunfa con Pequeños gigantes, líder de su franja con 3.010.000 espectadores y un 23,1% de cuota. En Antena 3, más de 2,9 millones de espectadores vieron la primera entrega de Tu cara me suena mini, y la última ha mantenido a 2.106.000. Por su parte, TVE acumuló audiencia con MasterChef Junior, que logró una media de 3.491.000 televidentes, emitido durante las vacaciones navideñas.


Julia, concursante de 'Tu cara me suena mini', junto a Santiago Segura.
 los niños españoles duermen menos que la media de la UE,, resulta increíble que los horarios televisivos de prime time se retrasen cada día más. Cuando los niños europeos duermen, los niños españoles empiezan a ver la tele...  Pero también los padres son culpables porque no dicen  a los  hijos: a las diez de la noche se apaga la tele. d
Lo cierto es que el éxito del formato ya es imparable. Y las claves son claras. Los niños “aportan ilusión, espontaneidad y mucha sinceridad, que se transforma en emoción para el espectador. Pequeños gigantes es un formato nuevo y de mucho éxito en México y era un reto adaptarlo convenientemente para nuestro país, sobre todo, después de los buenos resultados de La Voz Kids, que es el programa que ha abierto de nuevo el camino a los más pequeños para mostrar su talento”, en palabras de Leonardo Baltanás. Además, según afirma Carlos Fernández Recio, la presencia de los niños “introduce el factor de la tensión. Con ellos las emociones se disparan, nos reímos, nos disgustamos… el espectador siempre empatiza más”. La audiencia, por otra parte, “suele valorar el talento innato, el ingenio, la espontaneidad y la capacidad para emocionarse de los menores. Ellos lo viven como una oportunidad y sin dramatismos. Se lo pasan bien, disfrutan y eso lo trasmiten con más nitidez a veces que los adultos

Resumen
No es una fórmula nueva, pero triunfan  en televisión varios programas protagonizados por niños,  y que los pequeños ven en un horario inadecuado. Los padres tienen la culpa de que sus hijos duerman poco, deberían mandarlos para la cama. El triunfo se debe a su frescura y espontaneidad









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