La narración es un tipo de texto en el que se cuenta una historia o un suceso; En toda narración encontramos los siguientes elementos:
Un narrador, quien relata cuanto sucede a varios personajes en un espacio y un tiempo determinado. Algunos ejemplos de narraciones los encontramos en los mitos, las leyendas, los cuentos, las noticias, las novelas, las anécdotas, etc.
De igual forma, podemos encontrarnos ante textos narrativos escritos y orales. Te proponemos el video de Amaral titulado «Marta, Sebas, Guille y los demás». Al ser un texto oral, ¿nos encontramos ante un texto narrativo o no es el caso? ¿Te parece que las canciones cumplen con estas características de los textos narrativos?
Veamos ahora la estructura de toda narración:
Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos personajes. Así pues, cuando contamos algo que nos ha sucedido o hemos imaginado tenemos que hacerlo según una estructura o «esqueleto» sobre el que se va montando todo lo que sucede en el relato. Las buenas narraciones suelen presentar los hechos de modo que se capte y mantenga la atención de los destinatarios. En su forma más típica, las narraciones se estructuran de una manera bastante sencilla:
- El marco narrativo es la primera parte del relato. En él se sitúan espacial y temporalmente los hechos, se presenta a los personajes que van a protagonizar la historia y se expone la situación inicial, que generalmente es una situación de equilibrio.
- El acontecimiento inicial es el hecho que rompe el equilibrio original y desencadena el conflicto que dará lugar a la acción.
- Las acciones son las distintas actuaciones que los personajes llevan a cabo para resolver el conflicto planteado.
- La solución supone el paso a una situación final, es decir, a una nueva situación a la que se llega como consecuencia de las acciones de los personajes.
Una buena narración ha de ser dinámica y mantener el interés del lector. Por eso es preciso realizar varias tareas: seleccionar los hechos que se narran -no hay que contarlo todo-; caracterizar adecuadamente a los personajes que intervienen, prestando mucha atención a los diálogos; ambientar los hechos en el tiempo y el espacio de manera que resulten verosímiles; y presentar las acciones de forma ordenada y progresiva.
Para elaborar una narración es necesario, en primer lugar, tener claro el tema: la historia de un asesinato, la conquista del Polo Norte, un viaje al futuro… A partir de ahí, el autor diseña a sus personajes, elige los escenarios y traza un plan general de la obra: imagina los hechos y circunstancias más importantes y crea un «esqueleto argumental» que irá completando a lo largo del proceso de escritura. El inicio es fundamental en toda narración. De él depende que el lector siga leyendo y se interese por la obra. Tras él se desarrollan los distintos episodios que forman la trama. El final de la narración es también muy importante. En él se produce el desenlace de la acción. Puede ser abierto o cerrado, previsible o sorprendente, pero siempre ha de resultar verosímil.
El punto de vista: el narrador
El narrador es el sujeto que, desde un punto de visto concreto, cuenta los hechos de la historia, presenta a los personajes, los sitúa en un espacio y tiempo determinados, observa los hechos que le rodean y muestra su forma de pensar y su forma de comportarse. La manera de contarlo todo es importante para la comprensión de la historia. Entre los distintos tipos de narrador, señalamos los siguientes:
1. Narrador en 1ª persona: Cuando quien cuenta lo hechos participa en la historia que cuenta. Distinguimos dos clases:
1. Narrador-protagonista: La historia la narra el personaje principal.
2. Narrador-personaje secundario: Narra la historia un personaje secundario, que participa en la historia pero no es el protagonista.
2. Narrador en 2ª persona: Cuando el narrador cuenta los hechos a un tú que a veces puede ser él mismo, de tal manera que se desdobla. Es una técnica que aparece en la novela contemporánea.
3. Narrador en 3ª persona: Cuando quien cuenta la historia está fuera de ella. Encontramos aquí, también, dos clases:
1. Narrador objetivo: El narrador es un mero testigo de los hechos y se limita a narrar aquello que ve, sin poder entrar en el interior de los personajes.
2. Narrador omnisciente: El narrador describe lo que los personajes ven, sienten o piensan. Lo conoce todo sobre el personaje.
La acción
La acción está formada por todos los acontecimientos y situaciones que componen una historia. Dichos acontecimientos se pueden organizar en núcleos con cierta autonomía, llamados episodios. El conjunto de acontecimientos y hechos de la historia se denomina también argumento. La forma de organizar dichos acontecimientos se denomina trama.
Los personajes
Los personajes son aquéllos que realizan las acciones que relata el narrador. Por su importancia en el desarrollo de dicha acción, los personajes pueden ser principales o secundarios. Dentro de los principales se encuentra el protagonista, que es el personaje más importante de todos. A su oponente se le denomina antagonista. La caracterización de los personajes se puede realizar de diversas maneras:
1. Por caracterización directa: El narrador, el mismo personaje u otro personaje, bien en bloque, bien gradualmente, describen directamente el físico, el carácter o cualquier otro dato del personaje.
2. Por caracterización indirecta: El personaje va siendo conocido por el lector mediante sus reacciones, su forma de hablar, sus actuaciones, etc., sin que nadie lo describa.
La estructura
Los elementos de la narración se organizan para forma un todo interrelacionado. De manera general, distinguiremos tres partes en una narración:
1. Planteamiento: Es la parte inicial del relato donde se proporciona la información necesaria para que se desencadene la acción posterior.
2. Nudo: Es el momento de mayor complejidad de la historia y donde se continúa lo iniciado en el planteamiento.
3. Desenlace: Es el episodio final en el que se resuelve o finalizan los conflictos. A veces el final puede quedar abierto.
El tiempo
El tiempo es el elemento de la narración que tiene en cuenta la duración, sucesión y ordenación en que se producen los distintos acontecimientos.
1. La duración del tiempo puede ser diverso: varios años, un día, unas horas…:
1. El tiempo es largo cuando se presenta un período de tiempo muy amplio, muchas veces de años.
2. El tiempo es corto cuando lo narrado ocupa pocas horas.
2. El orden temporal de los acontecimientos puede presentarse de diversas maneras:
1. Desarrollo lineal: Los hechos se presentan con el orden cronológico en que se produjeron.
2. In media res: La narración se inicia en un punto intermedio de la historia y se van relatando hechos anteriores y posteriores.
3. Flash-back: La narración empieza por el final y retrocede al pasado.
3. De acuerdo a la percepción que se tiene del tiempo, éste será:
1. Tiempo objetivo: Es el tiempo que se puede medir por el reloj: horas, días…
2. Tiempo subjetivo: Es la percepción que se tiene del paso del tiempo; a veces, una hora se hace interminable.
4. En cuanto al ritmo de la historia, es decir, la relación entre lo narrado y la forma de narrarlo, podemos hablar de:
1. Ritmo rápido: cuando los hechos o acontecimientos se suceden con rapidez y abundancia.
2. Ritmo lento: cuando la narración se demora en descripciones y reflexiones, de tal modo que los acontecimientos son escasos.
El espacio
El espacio es el componente narrativo que se refiere al lugar en el que se desarrolla la acción y por el que se mueven los personajes. Puede haber espacios urbanos, rurales, domésticos, idealizados…
1. El tratamiento del espacio puede ser diverso:
1. Cuando las indicaciones espaciales son mínimas.
2. Cuando el espacio cobra una especial importancia en la narración, dado que está muy relacionado con la evolución del personaje (por ejemplo, en los libros de viaje).
3. Cuando el espacio físico determina la historia y se convierte en un personaje más (por ejemplo, la selva, el Oeste, la ciudad, etc.).
2. En relación con la realidad puede ser:
1. Espacio real: Corresponde con lugares auténticos e identificables.
2. Espacio imaginario: No existe en la realidad pero ha sido creado a partir de lugares similares de la realidad. Aunque no es auténtico, contiene elementos reales o posibles (por ejemplo, Vetusta, en La Regenta, de Clarín).
3. Espacio fantástico: No existe ni tiene relación con espacios reales (por ejemplo, los lugares de las novela de ciencia-ficción).
Estilo directo y estilo indirecto en la narración
El diálogo entre los personajes aparece con frecuencia en los textos narrativos. La forma de introducir dicho diálogo puede hacerse de acuerdo a los siguientes procedimientos:
1. Estilo directo: Cuando los personajes hablan directamente y, por tanto, se transcriben literalmente sus palabras, introducidas por un guión y aclaradas, a veces, por el narrador mediante un verbo de lengua –decir, responder, aclarar, etc…- «-No sirvo para nada –decía aquel hombre con el gesto abatido.»
2. Estilo indirecto: Cuando las palabras del personaje no son transcritas literalmente, sino que mediante una oración subordinada dependen de un verbo de lengua y son modificadas, adaptándolas a las coordenadas temporales del narrador: «Aquel hombre, con el gesto abatido, decía que no servía para nada.»
Tipos de elocución en la narración
Cuando nos expresamos por escrito, podemos hacerlo utilizando las siguientes formas de elocución:
1. Narración: Para contar hechos.
2. Diálogo: Para reflejar las palabras que los interlocutores pronuncian en una conversación.
3. Descripción: Para expresar cómo es algo.
4. Exposición: Para presentar nuestras ideas.
5. Argumentación: Para defender, razonándolas, nuestras ideas.
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